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Entrevista a Francisco Kamann: “Los extrañaré muchísimo, pero, al mismo tiempo, cada uno de ustedes estará siempre presente en mi recuerdo”

La rama de karate del Club Deportivo Manquehue se constituyó, formalmente, en 1995. Previamente, en 1990, había comenzado como un grupo de trabajo. Uno de los visionarios de esta iniciativa fue Francisco Kamann, que, además de ser socio del club, fue el primer profesor (sensei) de esta rama. Desde entonces, su participación fue importante y muy visible. Tanto así, que en enero de 1996 se convirtió en el presidente de la rama de karate y, posteriormente, sería el head coach de la misma.

A lo largo de su larga trayectoria como presidente, head coach, profesor y maestro, Francisco Kamann dejó una huella imborrable en el Club Deportivo Manquehue. Su visión, formativa y no competitiva, permitió que, durante décadas, se transmitieran los grandes valores de este arte marcial. Es así que el respeto, la templanza, la rectitud, la lealtad y la reflexión se convirtieron en elementos claves que fueron recibiendo las diversas generaciones de karatecas que pasaron por nuestras instalaciones.

Tras más de 30 años trabajando en el Club Deportivo Manquehue, Francisco Kamann hizo su último movimiento y, con gran dolor, dejó su cargo de head coach y profesor de la rama de karate. Fueron tres décadas en las cuales no solo fue un pionero, sino que también traspasó sus grandes conocimientos a diversas generaciones que practicaron este arte marcial en el Club Deportivo Manquehue. Su adiós ha generado un gran vacío, pero Francisco salió por la puerta ancha, tal cual se lo merecía. Es así que queremos rendirle un homenaje y, para ello, qué mejor que hacerle una entrevista y conocer sus reflexiones, sentimientos y observaciones.

¿Qué piensa sobre su paso por el Club Deportivo Manquehue?

El club ha estado presente en mi vida, especialmente desde que mis hijos comenzaron con clases desde muy pequeños. Posteriormente, dado que contaba con una larga trayectoria -comencé a practicarlo en 1968 y en 1972 ya era cinturón negro 1° Dan-, surgió la idea de formar una rama de karate, algo que se pudo concretar con el apoyo de Carlos Fuchs, socio del Club Deportivo Manquehue, cinturón negro y alumno de mi Escuela de Karate.

Esta idea se sustentó en mi experiencia como ser humano, padre, profesor de educación física y psicólogo. Esto traía un gran beneficio para niños, jóvenes y adultos que querían practicar este tipo de karate, el cual fue creado y desarrollado por el maestro japonés Sensei Seiichi Akamine.

Debido a mis múltiples actividades profesionales, en esa época (1992) no contaba con el tiempo suficiente para sustentar un dojo, sala donde se practica este deporte, en forma independiente. Por eso, le agradezco al Club Deportivo Manquehue por haberme permitido desarrollar la labor educativa del karate.

Usted fue el primer head coach de la rama de karate y además fue el pionero que comenzó con este deporte en el Club Deportivo Manquehue. ¿Qué siente sobre todo esto?

Siento una gran satisfacción al constatar la gran cantidad de alumnos que, en estos treinta años, se vieron beneficiados con la práctica de esta disciplina. Durante todo este tiempo, recibí, permanentemente, el feedback por parte de los alumnos y, en el caso de los menores de edad, de sus padres. Esto corrobora el buen trabajo realizado.

¿Cuál cree que fue su aporte al Club Deportivo Manquehue?

Entregarle a las familias del club la oportunidad de conocer este tipo de karate -que no es competitivo y que se sustenta en las antiguas tradiciones del karate, practicado en Okinawa- y tener la experiencia de vivir sus virtudes. Sin dudas, el deporte competitivo entrega grandes beneficios, pero esta modalidad de karate tiene una mirada diferente a la de nuestra cultura occidental. Así, esta visión puede ser, perfectamente, un complemento a la práctica deportiva competitiva.

Es difícil explicar, solo en palabras, lo que este karate puede aportar. Y digo “este karate”, porque no todos los estilos, ni todas las escuelas son iguales. Es comprensible que se generalicen el significado y las características de la práctica del karate, pero puede haber grandes diferencias entre ellos. Entonces, intentaré comunicar lo que mi karate propone a través de su práctica, pero sin entrar en comparaciones, ni calificar cuál es mejor, ya que todo es relativo y dependerá de la percepción de cada persona y de lo que busca.

Mi karate se llama “KENSHIN RYU FRANCISCO KAMANN”. Este nombre fue asignado para mi escuela por mi maestro sensei Seiichi Akamine, ya que, después de visitar la rama de karate y el ramo electivo del Departamento de Educación Física de la Universidad de Chile (en 1979), dirigida por mí, valoró, en gran medida, mi forma de interpretar su karate. Este último, yo lo había aprendido en la Escuela Ken Shin Kan, a la cual pertenecía en ese momento. Esto le motivó a convocarme para ser su alumno personal en Sao Paulo, su lugar de residencia, lo que se mantuvo durante quince años, hasta su fallecimiento. Realizo esta introducción, para que se entienda mejor cómo se configura lo que llamo mi karate. Es, entonces, el resultado del karate aprendido en la Escuela Ken Shin Kan, mi expresión personal de este -integrando lo aquilatado a través de mi historia en sus diversos momentos- y la muy significativa experiencia en la relación personal con el maestro Akamine, quien consideraba que, necesariamente, cada alumno tiene una interpretación única de lo enseñado por su maestro, donde lo que importa es conservar la esencia de su enseñanza.

“Nadie puede ser yo, ni comunicar este karate exactamente igual a como yo lo hago, dado que no tiene una historia igual a la mía”, me decía, al explicarme por qué valoraba mi expresión. Veamos, entonces, que propone este KARATE KENSHIN RYU FRANCISCO KAMANN. Su práctica contribuye, de manera importante, al desarrollo psicomotor de los niños, comprobado por mi experiencia y variados estudios de la psicología y la educación física, lo cual no amerita señalar en detalle en este contexto. Igualmente, es de gran ayuda para los niños considerados inquietos y con dificultades para adoptar límites en sus casas y en el colegio. La disciplina de la clase, del modo que es llevada por este karate, es muy beneficiosa para ellos. A veces, los padres no comprenden esto y retiran a sus hijos antes que logren asimilar estos beneficios.

Para los jóvenes, este karate les invita a desarrollar la voluntad y la constancia en los esfuerzos, lo cual es importante para todos los aspectos de la vida en general. También, genera un sentido de pertenencia en un contexto en el cual se valoran, altamente, el respeto, la colaboración y la no discriminación respecto de todos los compañeros de práctica.

Para los adultos, es una opción que no presenta ningún requisito para integrarse a su práctica, salvo el deseo de hacerlo. No se requiere alguna condición física en particular, ni tampoco cierta edad para su inicio. A medida que avanza el tiempo de práctica, los ejercicios que aquí se realizan van aportando experiencias emocionales, las cuales son valoradas, enormemente, en lo que podríamos llamar desarrollo personal, como ser humano. Esto varía de acuerdo a las posibilidades y necesidades de cada cual, sin enjuiciar la realidad de cada persona. Además, estos ejercicios son altamente beneficiosos para la salud corporal, según lo que requiera cada persona y de acuerdo a su condición.

¿Cuál cree que fue el aporte del Club Deportivo Manquehue a su trayectoria en el karate?

El club me brindó un valioso apoyo en mi desarrollo como sensei, beneficiándome, durante estos treinta años, con el importantísimo aporte que hizo cada alumno a mi formación como sensei y persona. La interacción con los alumnos es lo que, fundamentalmente, enriquece el desarrollo de un profesor. En toda mi experiencia como académico, en variadas universidades, viví esto mismo, ya que esa labor universitaria estuvo, necesariamente, nutrida y fundada en mi condición de sensei de Karate y en todo lo que aquello implicaba en la relación con mis alumnos.

Fue muy importante el apoyo de la Gerencia General, de la Subgerencia de Deportes y del personal del casino y de la cafetería. Sobre estos dos últimos, cada lunes y miércoles, al verme llegar en la tarde, me saludaban amablemente y me decían “ya le traigo su express, profe”. También, agradezco al personal de la portería, a los auxiliares que diligentemente armaban el tatami en la sala y a todos los auxiliares en general.

Si pudiese resumir su experiencia en una frase o una expresión, ¿qué diría?

ARIGATO GOZAIMASHITA, REI.

Por último, ¿algún mensaje para la gente de la rama y para los karatecas más jóvenes?

Gracias por permitirme, a través de nuestra relación discípulo-sensei, ser un poquito mejor como ser humano. Los extrañaré muchísimo, pero, al mismo tiempo, cada uno de ustedes estará siempre presente en mi recuerdo de la confianza y afecto que me entregaron. Lo mismo ocurre con las vivencias que experimentaron, pues permanecerán para siempre en vuestras vidas.

Quisiera expresar un especial reconocimiento para los actuales integrantes de la rama de karate, quienes me han regalado un preciado goce emocional. Esto último, pues decidieron continuar con las clases y solicitar mi apoyo en dicha tarea, lo cual siempre estará, ya sea en la cercanía y en la distancia. Agradezco, especialmente, a Christopher y Egon por hacerse cargo de conducir las clases. También, gracias a Guillermo, presidente de la rama, por su aporte, el cual es enormemente apreciado por mí, especialmente por su profunda comprensión de mi karate. A los más jóvenes (María Jesús, Santiago, Robert, Diego, Antonia y Daniel), que sería todo el resto del grupo, los felicito por la madurez en la asimilación de este karate, mi karate.  Particularmente, le agradezco a Diego y le mando felicitaciones por la profunda comprensión de mi karate a su corta edad, pero también por su constancia y disciplina durante muchos años.  Espero que Hayo se pueda reincorporar. A Charly (Carlos Fuchs) le digo que muchas gracias por su apoyo para iniciar esta rama y  para mantener, permanentemente, su existencia.

Como mensaje para los más jóvenes, les comento que en la juventud hay mucha energía puesta a disposición de la práctica y está muy bien aprovecharla para mejorar la técnica. Sin embargo, el cuerpo resiente su desgaste natural con el paso de los años. Es aquí donde este karate otorga la posibilidad, por medio de la práctica constante, de ir generando otra energía que se superpone al declive físico. Esta es una de las influencias de este tipo de movimientos, que permite ir generando esa energía y enseñando a acumularla y a manejarla solo con fines positivos y siempre con respeto hacia las personas.

“Se aprende a pelear, pero para NO pelear”. Jamás olviden eso. El ímpetu de la juventud les puede llevar, a veces, a ser agresivos con otras personas. En el Japón antiguo se cultivó el respeto por los mayores, sustentado en su sabiduría, dada por la experiencia y los esfuerzos que realizaron durante su vida para cuidar y proteger a los niños y jóvenes, pero también para darles su sustento hasta que lo pudiesen hacer por sí mismos. Les sugiero ser cuidadosos en sobrevalorar su condición de nuevas generaciones, despreciando las antiguas. Sin duda, vuestro aporte es necesario hacia la generación de cambios. Los mayores respetamos y valoramos eso. Es necesario que lo hagan, pero con mesura y respeto. Este último es el gran valor de este karate y está presente en toda la práctica, con la inclinación del tronco frente a tu compañero al realizar cualquier ejercicio en parejas y ante el sensei. Ese saludo, que es un gesto corporal, simboliza la actitud interna “gracias por permitirme practicar para mejorar”.

También, como adulto mayor, les comento que la vida nos enfrenta a múltiples desafíos.  Nada es fácil y todo debe necesita un esfuerzo, pero descubrirán que, con determinación y confianza, sí pueden sortear esas dificultades. Además, siempre habrá alguien que te apoye. Somos seres gregarios y nos sostenemos en la vida social grupal.

Finalmente, solo les puedo decir que practiquen, practiquen y practiquen. Háganlo en forma constante y disciplinada, pues solo así conocerán los beneficios de este karate tradicional.

(Fotografías: gentileza de Francisco Kamann)

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