Entre el 7 y 17 de julio se realizó, en Birmingham, Estados Unidos, una nueva versión de los World Games, evento que reúne a los deportes y las disciplinas que no son parte de los juegos olímpicos. Uno de ellos es el faustball, que desde 1985 ha sido incluido en el programa de los World Games. En algo que no sorprende, Alemania y otros países europeos, como Suiza y Austria, han dominado esta competencia, pero Sudamérica también ha estado presente. Es así que Brasil ha ganado medallas, mientras que Chile destaca con un quinto lugar, obtenido en 2017, y un sexto puesto, alcanzado en la última edición.
Para conocer más sobre esto, entrevistamos a Álvaro Mödinger, jugador del Club Deportivo Manquehue y que tuvo el honor de integrar la nómina de la escuadra chilena en Birmingham.
¿Qué tal la experiencia, en lo deportivo y personal, de representar a Chile en los World Games?
Siempre es un orgullo jugar por Chile. La experiencia de los World Games organizados en Birmingham, Estados Unidos, fue increíble, ya que estuvo muy bien organizado por los locales. Desde que llegamos se sintió un gran ambiente. Pudimos participar en la ceremonia de inauguración, en la cual hubo un gran show de música, tecnología y luces. Adicionalmente, nos permitió compartir con otros deportistas chilenos y con técnicos y dirigentes de nuestro país. En lo deportivo, se vio un gran nivel en mujeres y hombres. Nosotros realizamos grandes actuaciones contra Alemania (campeón del mundo) y Argentina. En lo personal, disfruté mucho el proceso previo de preselección y todo el viaje a Birmingham, agregando una experiencia más a mi vida.
¿Qué balance haces de tu participación en la selección chilena de faustball que compitió en los World Games?
En general fuimos de más a menos. Le hicimos un gran partido a los campeones mundiales (Alemania) y logramos ganarle a Argentina (en tres sets), pero luego fuimos muy irregulares y nuestros siguientes rivales (Suiza e Italia) pasaron por arriba nuestro, ganándonos con más facilidad de lo que pensábamos en forma previa. Mi participación no fue como la esperaba, pues, lamentablemente, tuve un esguince de tobillo tres semanas antes del viaje. Esto cortó un poco el ritmo de juego que llevaba en los entrenamientos y la propia confianza en mi juego. Aun así, logré jugar en todos los encuentros con un nivel aceptable, pero por debajo de otras actuaciones que tuve en el pasado (Mundial de Austria 2011, Sudamericano de Argentina 2012 y Sudamericano de Brasil 2014). Quedan muchos aprendizajes luego de este campeonato y hay que seguir entrenando y potenciando a todas las categorías, en hombres y mujeres. Se ve un buen futuro por delante.
¿Cómo viste el nivel del faustball chileno respecto de las otras selecciones?
Por lo que mostramos en los partidos, me parece que el sexto lugar obtenido es justo. Creo que mejoramos, en relación con otros torneos, en la parte física. Pudimos rotar mucho a los jugadores en cancha, con lo cual logramos que ningún jugador de desgastara más que los demás. Sin embargo, debemos enfocarnos un poco más en los aspectos técnicos y tácticos de juego en todas las líneas, para así disminuir la brecha que hay con los cuatro mejores equipos del mundo (Alemania, Suiza, Brasil y Austria). Hubo puntos altos de algunos jugadores, quienes mantuvieron un buen nivel durante todo el torneo. Otros, quedamos un poco en deuda. Debemos seguir entrenando y mejorando.
¿Habías representado antes a Chile en los World Games?
Sí. De hecho, estos fueron mis cuartos World Games, ya que antes estuve en Kaohsiung 2009, Cali 2013 y Wroclaw 2017. Ahora, puedo sumar Birmingham 2022.
¿Y qué significa para ti representar a Chile en los campeonatos más importantes a nivel internacional, como los World Games, panamericanos y mundiales?
Todas han sido grandes experiencias de vida (en lo personal y deportivo) y tengo los mejores recuerdos de cada torneo. Es un orgullo representar a Chile en este tipo de campeonatos. Son instancias únicas y muy motivadoras. Cantar el himno nacional es lo máximo.
¿Cómo proyectas tu carrera en el faustball?
Me gustaría jugar el mundial del próximo año, que se hará en Mannheim, Alemania. Después veré qué pasa, porque ya tengo 34 años. A nivel nacional, siempre estaré apoyando en las ligas nacionales y regionales, siempre tratando de potenciar a los nuevos jugadores, que son el futuro del faustball chileno.
¿Eres profesional o trabajas y en paralelo te dedicas a este deporte?
Compatibilizo el faustball con un trabajo full time. Soy ingeniero civil industrial y actualmente trabajo, en Santiago, en una empresa de telecomunicaciones.
¿Cuesta mucho dedicarse, profesionalmente, al faustball en Chile?
Es un deporte amateur en Chile y a nivel mundial, así que nadie se dedica 100% o vive del faustball. Es necesario compatibilizar los entrenamientos con el trabajo o los estudios. De todas maneras y a pesar que no es profesional, es un deporte maravilloso, que te permite conocer gente muy valiosa por todo el mundo y tener grandes experiencias de vida.
Por último, ¿qué rol ha cumplido el Club Deportivo Manquehue en tu carrera de jugador de faustball?
El Club Deportivo Manquehue es uno de los dos grandes clubes de Chile donde se practica este deporte y es clave para el crecimiento del faustball nacional. Para mí, ha sido un gran aporte y es acá donde he podido desarrollar mi mejor faustball. Específicamente, entre 2009 y 2014. Junto al equipo hemos logrado grandes actuaciones a nivel mundial, panamericano y sudamericano. El Manquehue tiene una infraestructura perfecta para realizar entrenamientos y campeonatos. Gracias al trabajo de nuestros entrenadores, hay un gran número de jugadores sub-18, quienes tienen un gran talento y potencial.
(Fotografías: gentileza de Moritz Kaufmann (@moritz.kaufmann)