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Entrevista a Nathalie Rodríguez: “El tenis y la vida no se terminan a los 30 años”

La vida siempre tiene sorpresas y muchas vueltas. Por eso, un camino se puede cruzar con otro en el momento menos esperado. Así ha sido el caso de Nathalie Rodríguez, socia del Club Deportivo Manquehue y que actualmente representa a Chile en el ITF World Tennis Masters Tour, reservado para los tenistas sobre 30 años.

La historia de Nathalie es muy interesante, pues es hija de Patricio Rodríguez, destacado extenista chileno que compitió por Chile en Copa Davis, y la francesa Michelle Boulle, que también se dedicó al tenis y que, al igual que su marido, jugó por Chile (en la Fed Cup). Al respecto, los números son mentirosos, pues su padre y su madre desarrollaron sus carreras como tenistas en una época en la cual no existían los rankings ATP y WTA. Por eso, sus números no refleja el gran nivel, que los llevó a jugar los más grandes campeonatos, como Roland Garros. Además, su padre fue un entrenador de élite, llegando a trabajar con jugadores tan conocidos como el argentino José Luis Clerc, el chileno Nicolás Massú y los ecuatorianos Nicolás Lapentti y Andrés Gómez, que llegaron a ser top 10 y, en el caso del chileno, campeón olímpico.

Con ese historial, era lógico que Nathalie Rodríguez jugara al tenis y así fue. Sin embargo, nunca se dedicó de lleno y, a pesar de eso, llegar a ser 478 del mundo en singles y 285 en dobles. Hoy, rondando los 50 años, cumplió el objetivo de volver a practicar este deporte. Por eso, quisimos saber cómo ha sido este proceso.

¿Por qué llegó al tenis?

Vengo de una familia de tenistas. Mi mamá jugó tenis y mi papá fue un gran entrenador y número 1 de Chile. Además, jugó Copa Davis por Chile y fue top 30 del mundo. Mi abuelo también jugaba tenis. Él también me enseñó a jugar. Yo siempre iba a los torneos. Recuerdo haber ido a Roland Garros con mi papá cuando era niña. El tenis siempre fue parte de mi vida.

¿En qué minuto decidió jugar en el circuito de seniors?

Más bien, por qué volví. Nunca dejé de jugar, salvo cuando mis hijos eran chicos. Quería medirme y volver a competir fuera de Chile. Acá hay mujeres de mi edad, pero son pocas, así que por eso quise ir fuera del país. Siempre quise retomar la competencia, pues eso está en la sangre. En su momento, decidí estudiar en vez de dedicarme. Tenía nivel profesional, pero no me dediqué. Jugué algunos torneos del circuito WTA, pero no fui tenista profesional. Quise tener una vida más normal y estudiar. Además, no había auspiciadores en ese momento.

En Francia y Estados Unidos, donde vivimos, participé en campeonatos, pero también lo hice en Chile, cuando veníamos para acá. Entrenaba mucho en Miami.

Usted jugó con Paulina Sepúlveda, Macarena Miranda y otras…

Sí, soy de la época de Paulina y Macarena. Jugamos dos veces por Chile en la Copa Federación. En 1985, en Nagoya, Japón, y en 1986, en Praga, Checoslovaquia. Era muy chica, pero igual estuve como adulta. A los 15 años ya jugaba en un nivel bien alto y era una de las mejores en Francia.

El eterno problema de las mujeres es que les falta el apoyo y por eso se van, pero siempre vuelven.

Sí, eso pasa no solo con las mujeres, sino que también con hombres. Mis hijos también jugaron tenis y estuvieron entre los mejores, pero en un minuto lo dejaron, porque el sistema hace que cueste mucho estudiar y jugar tenis. Es posible, pero es muy difícil. Tienes que sacrificar la vida social y todo. Dedicarte a viajar y, además, ser bueno para estudiar. Hay un apoyo, pero no lo suficiente. De hecho, mi hijo mayor, que estudia en la Universidad de Chile, juega por la “U” y le cuesta mucho.

Hay más oportunidades hoy, pero igual cuesta…

Hay que buscárselas. Ser muy busquilla. Es complicado. Nadie te está diciendo qué hacer. Cuando lo dejaron, pregunté a la federación y me dijeron que ChileDeportes -organismo estatal que, en aquel entonces, apoyaba a los futuros deportistas campeones- podría auspiciar. Tenía todo listo. Algunos lo consiguen, pero no es fácil.

En Chile, ha ido aumentando el apoyo para diversos deportes. En el caso del tenis, se apoya, pero no en el nivel seniors. ¿Cree que debería cambiar este enfoque, pensando que darle un impulso a la categoría senior sería fomentar la vida sana?

Es interesante esto. En el Mundial Senior, que jugué este año, competí con las francesas, alemanas y las mejores del mundo. Todas las delegaciones tenían cuatro tenistas y con todo costeado, pero a mí nadie me pagó algo. Tiene que haber más incentivo. Es muy bueno este tema. Soy nueva en el circuito senior y recién estoy entendiendo cómo se juega. Empecé en mayo. Jugué cuatro torneos antes del mundial, para tener ranking y ser cabeza de serie en el mundial. Hay apoyo, te apoyan la inscripción, pero es poco. Tiene que haber un trabajo con los auspiciadores. Estoy moviéndome por las redes sociales para llamar la atención de las marcas a las cuales podría interesarle una figura, como una tenista número uno del mundo, como yo. Asociar esto con la vida sana. Hay muchos gastos y estoy tratando de visibilizar y difundir el tenis femenino y la vida sana a través de mis logros. Ojalá me apoyen y que difundan lo que uno puede hacer a esta edad. El próximo año me gustaría jugar en algún torneo del circuito profesional. Ahora lo había pensado, pero me lesioné.

Como ha habido tanto escándalo, quizás eso impida que haya más auspicios.

Puede ser, pero ahora contacté a Latam y estaban dispuestos a auspiciarme, no directamente, pero sí a la federación. Entonces, estamos tratando que apoyen a todos los tenistas que usan la camiseta de Chile.

Más allá del resultado, esto es un grano de arena para el desarrollo del tenis nacional en general.

Claro.

¿Por qué quiso volver a competir?

La competencia la llevo en la sangre. Es algo demasiado satisfactorio. El hecho de ponerte metas, cumplirlas y superarte a ti mismo. Eso te trae mucha satisfacción.

No es lo mismo entrenar o jugar con amigas….

O sea, ganar un partido de tenis, especialmente en un campeonato, es algo muy grande. Y cuando pierdes, la sensación es horrible. Cuando has entrenado mucho para jugar en una competencia es algo muy bonito. No es llegar y ganar. Hay que esforzarse y entrenar mucho.

Este año estuvo en el mundial individual y por equipos. Pudo representar a Chile y terminó siendo finalista en individual y en el mundial por equipos estuvieron rondando el top 10.

Fue una gran alegría que no la puedo explicar. Fueron dos semanas muy intensas, porque se juega mucho y por eso me lesioné, porque no éramos cuatro, sino tres. Y la número dos se lesionó en el primer partido y tuve que jugar todos los singles. De 13 partidos que jugué en dos semanas, gané todos los individuales y perdí dos de dobles. Terminamos en el 11° lugar. Di todo y es demasiado motivante representar a Chile. Lo hice cuando chica, también en los torneos juniors más importantes. Juego por Chile, a pesar de ser franco-chilena. Todo fue difícil en este torneo, porque los partidos fueron muy largos y desgastantes. A pesar de esto, no te puedo explicar lo bonito que fue todo esto. Fue una oportunidad única, pero difícil y me dio lo mismo lesionarme. No te explico la cantidad de lesiones con las cuales terminé, pero estoy orgullosa.

Fue al mundial y llegó al número uno del ITF Master Tour. ¿Qué viene ahora?

Después del mundial, quedé número nueve. Pensé que no iba a ser tan rápido esto y que iba a necesitar ir a jugar a Europa. Al mes, jugué un torneo grande en Lima, Perú, y con eso llegué al número uno. Ahí dije, ‘qué hago ahora’. Quise inscribirme en el torneo WTA de Chicureo, pero no logré recuperarme. El próximo año quizás juegue en una categoría de edad más baja. Acá siempre compito en los torneos del Ránking Único Nacional (RUN). Juego contra hombres en la categoría de 45+ y les gané, entonces creo que debo subir el nivel. Ya no jugaré más en seniors. Acá hay muy pocas jugadoras. La Maca y Paulina no juegan. Las profesionales son demasiado buenas, así que estamos viendo la posibilidad de entrenar con las juveniles. Quiero recuperarme y seguir compitiendo. Me gustaría aprovechar este momento para difundir más el tenis femenino en Chile. Quizás organizar algunos torneos del circuito femenino. ¿Por qué no hacer un circuito bueno, con buenos auspiciadores? Mezclar el glamour con el tenis y atraer a las mujeres, para que vengan a jugar. No solo que jueguen, sino que vivan una experiencia completa, lo social, la salud, la disciplina, el físico. En fin, tener auspiciadores que te permitan hacer clínicas o charlas sobre alimentación o motivación. No solo hacer un torneo, sino que algo más atractivo. Esto me está empujando a ir más allá y no solo pensar en mí. En eso estoy ahora.

¿Qué rol ha tenido el club en este proceso?

Uno muy grande, porque para mí es la segunda casa. Vivo al lado y vengo todos los días. Las instalaciones son increíbles. Para mí, son las mejores canchas de Chile. Todo es espectacular. El camarín al lado. Soy socia hace diez años y no necesito ir a otro lado. Además, acá todo es muy tranquilo, la gente no te molesta. Tiene sus reglas, pero al mismo tiempo es relajado. La infraestructura es top. Hay hartos jugadores con quienes jugar o entrenar.  Acá en el club hay muchos jugadores y mucho movimiento. Hay una buena escuela. Me gusta mucho la mentalidad. Hay alto rendimiento y recreacional. Hay de todo y me gustaría poder aportar acá también.

¿Algún comentario final sobre el tenis?

Lo bueno del tenis es que es un deporte para toda la vida. Por eso tenemos el circuito senior y en Chile se organizan muchos torneos. El tenis no se acaba a los 30 años, sino que sigue toda la vida. El circuito es muy bonito, pero ojalá que le den más importancia, porque pucha que es larga la vida después de los 30 años. ¡No se acaba! Muchos, como yo, perdimos la oportunidad de ser profesionales y ahora tenemos la posibilidad de volver a jugar. Muchos que no fueron tan conocidos, pero que pudieron ser top 100 o top 50, entonces ahora pueden volver a competir y jugar. Esto es espectacular. Obviamente, hay que apoyar y difundir más. Ojalá pueda involucrarme más y pueda apoyar, a través de la federación, para organizar más torneos. Calculo que en Chile debe haber unos 8.000 tenistas de todo tipo (juniors, RUN, profesionales, seniors y jugadores de clubes) y eso no se debe olvidar. Después del fútbol, el tenis es el deporte más conocido y exitoso. Acá siempre ha habido buenos tenistas, aunque seamos un país con poca población.

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